domingo, 27 de mayo de 2012

Serie de dibujos animados "Arthur"


  • Análisis sobre Arthur, serie de animación




ASPECTOS EDUCATIVOS


Se trata de una serie de dibujos animados emitida en Televisión Española llamada Arthur que nos presenta a una familia de osos hormigueros, cuyo hijo mayor es el protagonista y nos va narrando sus vivencias del día a día.

-         Objetivo: por una parte encontramos el objetivo explícito de entretener a un público en edad infantil y por otra tenemos el objetivo implícito de la serie que, mediante moralejas que se extraen de cada capítulo, educa en valores y nos muestra los modelos actitudinales socialmente aceptados como positivos.

-         Temática: Arthur, el mayor de dos hermanos de la familia Read, se desenvuelve en su contexto más cercano como un niño normal (familia, colegio, juegos, amigos), llevando a cabo travesuras y aventuras con las que nos va enseñando las normas sociales, es decir, lo que es correcto y positivo y lo que no.

-         Ámbito: el ámbito de incidencia además de ser básicamente actitudinal (Arthur y sus amigos nos enseñan como ser buenos y desarrollar actitudes positivas como son el compañerismo, la cooperación, la amistad…), también es conceptual pues nos transmite ciertas informaciones. Por ejemplo, en uno de los capítulos, Arthur nos enseña, a través de su amistad con un alumno nuevo llegado al colegio, qué es el síndrome de Asperger y cómo ayudar y tratar a niños con esta particular forma de actuar.

-         Tratamiento: se trata en definitiva de una serie de animación.

-         Lenguaje: el tipo de lenguaje que se usa en la serie varía desde lo formal a lo coloquial, siendo adaptado para ser entendido por el público infantil.

-         Posible explotación didáctica: efectivamente esta serie de dibujos es un gran recurso para que los niños puedan desarrollar áreas transversales y competencias como la social y ciudadana, autonomía y desarrollo personal y conocimiento e interacción con el mundo físico entre otras.


ASPECTOS PSICOLÓGICOS


-         La teoría del aprendizaje que subyace en esta serie de animación en mi opinión se basa en el conductismo y en una teoría modelizadora emulando los roles y modelos de actitud positivos que han de ser imitados por el público.

-         Estrategias psicológicas: se apela a la razón y a los sentimientos de los niños para captar su atención.

-         Elementos motivadores: se recurre al colorismo, con una combinación de colores intensos que produce una sensación de dinamismo y atractivo para conseguir la atención del público infantil.

-         Ritmo: el tipo de ritmo es analítico, pues es básicamente descriptivo.


ASPECTOS SOCIOLÓGICOS


Los personajes principales de la trama son Arthur y su familia. Arthur es un niño de 8 años que va a la escuela. Su madre, Jane Read, es una contable que trabaja en casa. Su padre, David Read, dirige un negocio de banquetes. Su hermana D.W. es una niña de 4 años que va  a educación infantil y hermana menor, Kate, es un pequeño bebé que es capaz de comunicarse con el perro de la familia, Pal: un amigo fiel y leal a Arthur. También son trascendentes los dos mejores amigos de Arthur: Buster, un niño cuyos padres está divorciados y Francine, una niña amante del deporte que toca la batería.

Aunque en algunos casos, se reproducen roles sociales estereotipados como el caso de los padres, donde la madre trabaja en casa para poder ocuparse de los hijos y el padre fuera de ella, se intenta romper con esos estereotipos dándoles matices distintos. En este caso, la madre que trabaja en casa tiene una profesión de carácter quizás más “masculino”, mientras que el padre es un cocinero, profesión con cierta connotación “femenina”.
Se rompen los roles sociales también en personajes como Francine, una niña muy deportista que le apasiona la batería, y en Binky Barnes otro niño de la clase de Arthur que podría ser el típico “matón” de colegio, pero que por el contrario, le apasionan cosas como el ballet.

Por otra parte si es cierto que en la serie encontramos algún personaje muy estereotipado. Es el caso de Muffy, que responde al cliché de niña rica y mimada.

Pero sobre todo, en esta serie se apuesta por la diversidad, pues en la misma clase de Arthur conviven niños ricos, un disléxico, un judío, un niño superdotado africano, una niña hija de un diplomático, un niño con síndrome de Asperger… y la serie enseña a aceptar a las diferencias en las personas y a valorarlas.

Los valores predominantes en la serie son el compañerismo, la amistad, la diversidad, la integración y la cooperación.

ASPECTOS ESTÉTICOS


En cuanto a los decorados, la vida de Arthur se desarrolla en la ciudad ficticia de Elwood City, donde pasa el mayor tiempo en su propia casa y en la escuela, pasando también por comercios, parques, calles y barrios residenciales, etc. El vestuario resulta adecuado pues sus vestimentas están ubicadas cronológicamente en la época actual. En cuanto a la fotografía, se usan colores vivos e intensos para atraer la atención de los más pequeños.

Al ser una serie de animación, resulta fundamental la cohesión entre imagen y sonido para darle dinamismo y agilidad. La banda sonora es pues muy importante, usándose sonidos onomatopéyicos, piezas instrumentales y canciones.


ASPECTOS TÉCNICOS

La estructura interna de cada capítulo es clásica y lineal, con estructura de presentación, nudo, en el que en la historia aparece un punto de inflexión, y desenlace en el cual se subyace una moraleja que intenta enseñar algún tipo de valor alrededor del cual se construye el episodio. Las imágenes son básicamente animaciones. Encontramos todo tipo de planos, que al ser una serie con tantos episodios y temporadas, resulta difícil e innecesario enumerar. El montaje es secuencial, se producen cortes al cambiar de escena. Y por último la música es tanto diegética con el sonido “ambiental” como no diegética con el uso de banda sonora, sonidos onomatopéyicos, etc.


sábado, 5 de mayo de 2012

¿Por qué enseñar a ver TV?



Maria Luisa Mariana Fernández., autora de este artículo, comienza manifestando la curiosa doble moral que existe en la gran mayoría de los hogares respecto a la televisión. Señala que existe un amor-odio hacia ella y nuestras opiniones varían desde lo más negativo posible al uso de esta como utensilio socializador y de ocio; tanto a nivel usuario como en las opiniones de autores reputados que van desde lo extremo negativo (la televisión fomenta violencia y malos hábitos) hasta lo más permisivo (los jóvenes deben ser quiénes deciden y actúan).


Es por esto que considera que los docentes y familiares deben intervenir, pues es imposible alejar a un niño de la televisión ya que lo estaríamos alejando de la sociedad actual. Debido a esta imposibilidad de alejarlo de la televisión y por tanto de todo aquello que rodea a nuestra sociedad, docentes y familiares han de actuar como buenos modelos en este aspecto, pues el niño aprende por imitación de conductas y no son selectivos ante las conductas y actitudes a imitar. Y por tanto hemos de prestar especial atención a lo que un niño ve en televisión, pues las conductas, valores, actitudes, personalidades, que imita de los adultos, también las imitará de aquellos personajes que vea por televisión.

Por todo esto, la escuela no debe alejarse de las herramientas que la televisión proporciona, sino que los docentes han de aprender a usarla como utensilio didáctico para la formación de nuevos individuos y por supuesto trabajar aunando fuerzas con las familias, pues es en el entorno familiar donde el niño comienza a desarrollar su relación con el mundo que le rodea, con la sociedad.

La familia por su parte, debe hacerse con una serie de armas para ayudar a los niños al buen uso de la televisión. M. L. Mariana Fernández resume esas claves en siete puntos:


• Ver los programas con los hijos e hijas: Es necesario guiarles y explicarles que es lo que están viendo, así como hacerles preguntas tras el visionado y dialogar para desarrollar una conciencia crítica en los pequeños.

• No tener la televisión como una niñera electrónica: Este punto se explica por si solo, pues en ningún caso se debe permitir que la televisión sea la que cuide de los niños.

• No hacer zapping: Debemos seleccionar previamente qué es lo que queremos ver para evitar la mala costumbre de cambiar continuamente y la posibilidad de encontrarnos por el camino con algo inapropiado para el niño.


• Control del tiempo: El exceso de televisión puede traer consigo repercusiones físicas y reduce el tiempo que los niños deben dedicar a otras actividades útiles para su desarrollo (socialización con otros niños de su edad, práctica de deportes, juegos, realización de tareas de la escuela, lectura…).

• No al abuso de la televisión: Pues en algunos casos, puede afectar a la capacidad de concentración de los estudiantes, y resentir las relaciones sociales.

• Establecer normas para ver la televisión, consensuadas y cumplidas por todos.


• Somos modelos: Familia y docentes deben lograr que el modelo a transmitir sea coherente con los objetivos que queremos que alcancen los niños.


Por todo esto, no solo debemos hacer frente a esta nueva realidad educativa, sino que es estrictamente necesario que nosotros mismos aprendamos a hacer un uso responsable y desarrollar una conciencia crítica respecto a la televisión para servir de modelo coherente a los más pequeños. 


  • Referencia: Mariana, M.L. (2008). ¿Para qué enseñar a ver TV?. Comunicar, 31. . (DOI: 10.3916/c31-2008-03-041)

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